La mejor manera de superar las reacciones emocionales es actuar con tus valores más que con tus sentimientos. (Tus valores son las creencias y cualidades personales que te resultan más importantes). Actuar con base a los sentimientos hará que te comportes de maneras poco habituales o incluso que parecen ajenas a ti.
Actuar con base en tus valores cambiará tus sentimientos, si no de inmediato, por lo menos a corto plazo, a medida que te sientas más autentico, con menos culpa, vergüenza, ansiedad y resentimiento. Si actúas según tus sentimientos, corres el riesgo de perderte en estados emocionales temporales que te harán violar tus valores más profundos y te ocasionarán mas culpa, vergüenza, ansiedad, enojo y resentimiento… Actuar según los sentimientos por encima de los valores llega a ocasionar traición.
Los sentimientos:
- Tienen más que ver con lo que estás experimentando que con la persona que eres.
- Son más reactivos al entorno.
- Están muy influidos por estados psicológicos (fatiga, hambre, sed, temperatura corporal o enfermedad)
- Tienen mucho que ver con los hábitos y se estimulan automáticamente mediante meras semejanzas con experiencias pasadas.
- Son transitorios, van y vienen en cuestión de minutos, siempre y cuando no los amplifiques, magnifiques y prolongues tratando de “validarlos” o “justificarlos”.
En contraste, los valores:
- Tienen más que ver con lo que experimentas.
- Son menos reactivos al entorno.
- Están mucho menos influidos por estados psicológicos
- Son consistentes a través del tiempo.
Después de sufrir una traición intima, puede ser difícil pensar en términos de valores profundos, porque la traición hizo que de manera consistente subestimaras tu valor, fortalezas y resistencias personales. La clave para la recuperación es comenzar a pensar y actuar conforme a la persona que realmente es, más allá del dolor y la susceptibilidad emocional que experimentaba.
A continuación pondremos un ejercicio que puede usar como guía para actuar según sus valores más profundos. Su objetivo es desarrollar comportamientos que refuercen esos valores más profundos y te den una sensación de autenticidad.
IMPORTANTE. No uses el ejercicio para desarrollar una forma de relacionarte con la persona que te traiciono. Por favor, enlista las cualidades que corresponden a tus valores más profundos, como ser compasivo, protector, leal a tus seres queridos y así sucesivamente.
En una hoja en blanco traza una línea vertical para tener dos columnas. En la primera, enlista tus valores empezando con “Yo soy” (por ejemplo: “Yo soy compasivo con mis seres queridos”) Luego, en la segunda columna, enlista ejemplos de cómo reforzaras esos valores (“tratare de entender la perspectiva de mis seres queridos y encontrar en sus motivaciones algo con lo que me identifique, en especial cuando no esté de acuerdo con ellos o quiera cambiar su comportamiento”). Enlista todos los valores que quieras en la columna de la izquierda (“soy justo”, “soy responsable”, “Soy una persona que aprecia a sus seres queridos”, etcétera) y para cada uno agrega una acción correspondiente en la columna de la derecha.
Lleva un registro de “Comportamientos basados en valores” durante las siguientes dos semanas, y enlista en la segunda columna cuantas veces llevas a cabo las acciones correspondientes a los valores. Todos los días escribe: “Hoy actué conforme a mis valores más profundos al…” y a continuación enlista los comportamientos.
Este ejercicio no te pedirá que hagas meras “afirmaciones”. Sanar y crecer exige compromisos con una nueva forma de verte a ti mismo y al mundo. No surgen milagrosamente de simples o cambios temporales en tus sentimientos.
La traición íntima es un tipo único de dolor con raíces biológicas profundas que hacen parecer a la experiencia caótica, e incluso como una cuestión de vida o muerte para la mayoría de las personas. La recuperación es complicada debido a defensas naturales que de manera inadvertida nos mantienen concentrados en nuestras heridas y, por tanto, arraigan las huellas de la traición en nuestro corazón y en nuestra mente. Las reacciones emocionales desmedidas crean tormentas de emociones negativas que dificultan recuperar nuestro verdadero yo. Las reacciones emocionales y el daño que ocasionan se reducirán mucho a medida que permitamos que nos guíen nuestros valores más profundos en vez de nuestros sentimientos temporales.